Las deudas hasta el cuello, imposible pagar todo, llamadas constantes de los cobradores, tensión, estrés y hasta los nervios de punta. ¿Qué hacer? ¿Es la bancarrota la única opción? Hay alguna otra forma de salir de los problemas financieros y eso lo vamos a ver esta semana.
La bancarrota ofrece a algunas personas un borrón y cuenta nueva, pero de ninguna manera es una solución fácil. La bancarrota destruirá tu crédito y posiblemente te puede obligar a vender tus activos. Estarás mucho mejor si haces todo lo posible por evitar la bancarrota. También puede afectar tu futuro empleo. Aunque no es fácil, vale el esfuerzo. Aquí te damos los consejos:
¿Por dónde empezar? Sólo una vez que tengas una imagen real de tu deuda puedes seguir los siguientes pasos para evitar la bancarrota. Reúne cada factura, cada declaración y cada documento que tenga un efecto en tu situación financiera.
Suma tus deudas y tus activos. Incluye tu hipoteca como una deuda y el valor de tu casa como un activo. Ahora desglosa esas deudas en categorías buenas y malas.
Las deudas buenas son los préstamos de vivienda y préstamos estudiantiles. Las deudas malas son las deudas de tarjetas de crédito, préstamos personales, los préstamos de automóviles de tasa alta y los gastos médicos. También debes listar las tasas de interés y los pagos mínimos para todas tus deudas. (Recuerda: empieza a reducir los gastos).
Ahora suma todos tus gastos, todo lo que gastas. Incluso el $1 que gastas en la máquina expendedora de la oficina debe ser incluido.
Divide esas dos figuras en necesarias e innecesarias. Los necesarios son artículos que necesitas para sobrevivir, como los alimentos y la vivienda. Los innecesarios son cosas lindas para tener, pero que no necesitas, como ese dulce de la máquina expendedora.
Suma los pagos mínimos en tus deudas y el costo mensual de las necesidades. Esta es la cantidad mínima que necesitas para cubrir tus facturas del mes. Si no ganas lo suficiente para cubrirlas, entonces necesitas encontrar una manera de reducir los pagos de tus deudas o necesidades. Incluso los pasos pequeños como cambiar de marcas conocidas a genéricas y cancelar el cable te puede ayudar.
Consolida la deuda. Al consolidar la deuda, no solo reduces el número total de facturas y los pagos mínimos que debes, sino que también reduces la tasa de interés. Así que puedes reducir tu deuda más rápido. Contacta a un asesor de crédito de buena reputación si necesitas ayuda sumando tus deudas, encontrar maneras de reducir gastos o consolidar deudas.
Además de enseñarte a administrar el dinero, te pueden ayudar a calificarte para un préstamo de consolidación, ya sea en forma de préstamo hipotecario o un préstamo personal.